Esta obra se adentra en un colegio militar de Lima, Perú, donde los jóvenes internos reciben formación escolar y disciplina militar. En ella se narran las diferentes historias de unos adolescentes que descubren y aprenden a convivir con una forma militar de vida que no les permite desarrollarse como personas, y donde se les somete y humilla. No obstante, a través de este sistema, algunos encuentran la fortaleza necesaria para asumir sus retos.
Desde dentro del colegio militar se ven los anhelos, ilusiones, desvelos y miserias de los internos, se conocen los códigos por los que se guían, así como las leyes que rigen el colegio.
Vargas Llosa crítica la forma de vida y cultura castrense, donde se potencian valores determinados (agresividad, valentía, hombría, sexualidad, etc.) que merman el desarrollo personal de los muchachos de este internado.
Con gran profusión de personajes, las vidas de estos se van entrecruzando, hasta tejer el tapiz de la obra.
El epílogo se convierte en una de las piezas más grandiosas de esta obra. El problema de ajustar la realidad a las leyes o, a la inversa, someter las leyes a la realidad hacen de esta novela uno de los libros importantes para el entendimiento del fenómeno peruano y americano muchas veces oculto a la sociedad que se produce al interior de estos recintos militares.
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